Al hilo de nuestra preocupación por la baja competencia lingüística, oral y escrita, que observamos entre nuestros hijos e hijas, y de la que la Anpa dejó constancia en el último Consejo Escolar del curso pasado, os recomendamos la lectura de un reportaje que sale hoy publicado en el diario El País.
El panorama que describe debería hacer saltar las alarmas en todo el sistema educativo, en general. Pero creemos que, al margen del número de horas que la ley de turno le otorgue al aprendizaje de la lengua, es necesaria una implicación decidida del profesorado en el aprendizaje y dominio de los recursos de la lengua, el desarrollo de la capacidad expresiva, registros, riqueza de vocabulario, corrección gramatical..., y así lo manifestamos en la citada reunión del Consejo Escolar.
A la vista de este reportaje, desde luego, los universitarios de hoy en día son analfabetos funcionales, y nuestros hijos e hijas llevan el mismo camino. Y lo peor no es sólo que les cueste acceder al mercado de trabajo, sino que, en lo personal, su incapacidad para expresar sus deseos y sus sentimientos les reportará sólo incomprensión e infelicidad.
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